martes, 8 de noviembre de 2011

Cartoncito manda!


Cuando estaba recién salidita del colegio y empecé a estudiar una carrera en la PUCP en marzo de 2001, calculé terminarla en los cinco años que debería y ser una joven bachiller de 22 años. Si bien postulé a Economía, al mes de haber empezado los Estudios Generales Letras, decidí cambiarme a Literatura y empecé a imaginar mi radiante cartón. Llevé 4 impecables ciclos de EEGG sin mayores trabas y con un solo empleo part-time en KFC que duró poco más que un verano. A partir del siguiente ciclo, empecé a trabajar a tiempo completo y a llevar 2 o 3 cursos, por lo que supe que el ansiado cartón podía demorar un par de años más en llegar. Sin embargo, hubo ciclos en los que sólo podía llevar un curso y empecé a sentir que no estaba avanzando muchos metros en esa carrera. Me cambié a la especialidad de Comunicación para el Desarrollo y por último a la de Publicidad, pero en ambas tuve las mismas dificultades de horarios. 
En marzo de 2008, a los 7 años de haber empezado a estudiar en la PUCP tuve que tomar una difícil decisión: abandonar mi adorada alma mater :( A pesar de la pena que sentía, supe que era lo mejor si quería dejar de sentirme una estudiante turista que asistía a clases solo una o dos veces por semana. Ingresé a la UPC a estudiar una especialidad más acorde a mi "carrera civil": Administración de Empresas. Recordé lo que era desvelarme estudiando, terminando trabajos o juntando las partes de todos los integrantes del grupo (que en algunos casos venía a ser: rehacer el trabajo). Aprendí a ser más tolerante, a ceder de vez en cuando, a tomar café amargo para no quedarme dormida en clase, a alternar minutos de estudio con horas de Cityville, a tomar las cosas con más calma, a ser más relajada y seguir pareciendo estudiosa, a sentirme una cachimba ex-colegiala a los 25 años, a reírme de las ojeras, trabajos improvisados y boletas pagadas con tarjeta de crédito, a ir por unas latitas de Cuzqueña con mis amigos saliendo de clases y a tomarlas rápido como adolescentes nerviosos antes de que llegue Serenazgo a decirnos que no podemos tomar en la calle.
Terminé la carrera de Administración en abril de este año, me gradué en Agosto y esta tarde, recibí un correo que me hizo el día. El asunto era: "Recoger Diploma de Bachiller y demás". A las 6pm salí volando de mi oficina para ir al encuentro del objeto de mi deseo. Ahora mismo lo tengo en mis manos y me doy cuenta de que es solo eso: un cartón impreso, pero que significa años de esfuerzo, de amanecidas, de discusiones, de dudas, de frustraciones, de satisfacciones, de descubrimientos, de crecimiento. Sé que no me hace mejor persona ni mejor profesional tenerlo, pero sí me hace sonreír cada vez que lo vuelvo a leer. Miro mi cartón y tengo la tentación de imaginármelo con un logo de un barquito en el mar y una estrella en el encabezado, pero luego lo veo perfecto y ya no quiero cambiarle nada, lo coloco en su sobre y le digo con voz bajita: "Eres el primero y por eso el más querido, pero ya vendrá(n) otro(s) a acompañarte y probablemente tenga(n) un logo de barquito".    

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Te felicito! :)

Becky dijo...

Gracias! :)

Carlos Gallardo dijo...

No te preocupes, el cartón con el barquito ya vendrá a su debido momento (y espero que sea LIT para considerarnos colegas). Muchos abrazos y suerte con tu blog.

Becky dijo...

Gracias! Espero que sea así y también deseo que sea de LIT :) Un beso

Admirador secreto dijo...

Hola! Observo en ti a una chica muy inteligente. Me gustaría mucho que toques el tema de desarrollo personal. Más allá de los cartones, se te ve una buena chica. :)

Becky dijo...

Gracias! Qué lindo piropo me acabas de dar :) También me interesa mucho el desarrollo personal, vamos a ver qué se me ocurre. Gracias de nuevo! :)

Anónimo dijo...

Te felicito. Muchos exitos

Jaime Urbina dijo...

Debería haber un botón "Me gusta", ps.