lunes, 19 de diciembre de 2011

Temblando...



Esta madrugada, un temblor algo fuerte nos sacó de la cama a algunos y de la computadora a muchos otros. Lo que me pareció más gracioso es que a los pocos segundos de haber terminado, volví al facebook a comentar algo sobre el temblor y al instante vi una avalancha de mensajes similares de muchos de mis amigos que estaban igual de despiertos y conectados que yo.

Citando a mi amigo Abdul, "A pesar del temblor, la adicción a internet es tal, que todos ponen temblor! osea pasa el temblor, y regresan a sus compus como si nada." Debo confesar que antes de levantarme para salir de mi cuarto, instintivamente cogí mi smartphone como si fuera una necesidad elemental.


Mientras trataba de conciliar el sueño, entre la avalancha de tucutíns, anuncios de la cercanía del fin del mundo, pánico colectivo y demás, se me ocurrió pensar en otros temblores, esos que valen la pena, forman parte de los buenos recuerdos y provoca repetirlos.
Los dejo con una decimita al respecto, deseándoles que nunca dejemos de protagonizar y añorar este tipo de cataclismos. Nunca dejemos de temblar, no de miedo, no de pánico, no de frustración, sino de emoción, de pasión, de vivir intensamente, de disfrutar cada momento.


Un joven fuerte y buenmozo
me llevó hacia el epicentro,
origen de nuestro encuentro
fugaz pero prodigioso.
Y después de tanto gozo,
se evaporó el espejismo.
Anulando el pesimismo
con pasión incontenible,
susurraré al insensible:
Ya toca otro cataclismo!

 Rebeca Urbina Balbuena

No hay comentarios.: